Hugo Bustamante Pérez. El asesino del tambor y de Ámbar Cornejo
“Villa Alemana tiene características y atributos únicos, que la hacen muy atractiva para residir, como su buen clima y buena calidad de vida”, decía en 2018 el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Gian Piero Chiappini. Sin embargo, este lugar iba a ser testigo de uno de los crímenes que más conmovió a Chile en 2020. Pero primero, tenemos que volver atrás, más específicamente a 2005, cuando Villa Alemana fue sacudida por un doble homicidio relacionado con lo ocurrido en 2020. Hoy les voy a hablar de Hugo Bustamante Pérez, mejor conocido como “El asesino del tambor”.
El asesino
Hugo Bustamante Pérez nació en 1965 en Quilpué, Chile. Tuvo una infancia difícil y se desenvolvió en un ambiente familiar disfuncional. La relación con sus padres era muy superficial y siempre estuvo expuesto a violencia intrafamiliar. Es por esta razón que creció junto a su abuela materna después que sus padres se separaran. Sumado a esto, desde muy joven ha sido consumidor de numerosas drogas.
En 2016 se le hizo un informe psicológico que revelaba que era manipulador, impulsivo y poco empático. Según el informe, es de personalidad extrovertida y muchas veces avasallador en su discurso. Además, logra adaptarse sin problemas a su medio y establecer relaciones personales adecuadas, pero que se alejan de un compromiso efectivo más profundo. Difícilmente se compadece, más bien tiene una actitud omnipotente frente a los demás. Sumado a esto, no muestra afecto ni hacia sus hijos ni otros familiares. También le diagnosticaron rasgos de trastorno de personalidad antisocial. Finalmente, solo reconoce el daño a sí mismo, no incluye en nada a sus víctimas o lo que socialmente pudo haber provocado. Antes de los hechos ya había cumplido diez años en la cárcel por robo con fuerza y hurto.
Las primeras víctimas
En 2005, Bustamante se encontraba en una relación amorosa con Verónica Vázquez Puebla, una maestra de preescolar. Vivía junto a ella y el hijo de esta, Eugenio Honorato Vázquez, de 9 años. La situación económica del asesino no era la mejor. Sin embargo, este no era el caso de Verónica, a quien recién le habían pagado parte de su casa. Pese a que no estaba muy convencida, la mujer decidió vender el inmueble motivada por Bustamante quien le había pedido insistentemente que lo hiciera. Él creía que una vez obtendría parte del dinero, pero no fue así. La principal motivación de Verónica era darle un buen pasar a su hijo Eugenio, así que alejó el dinero del hombre y lo escondió. Esto enojó notablemente a Bustamante.
El 8 de enero de 2005 Bustamante la encaró. Tuvieron una violenta discusión en el cuarto que compartían, que terminó con la muerte de Verónica. Primero la estranguló y degolló. Luego, para asegurarse de que su cometido estaba completo, la golpeó con un bastón de madera en todo el cuerpo y le introdujo al interior de su boca un trapo rojo. Eugenio a la pieza tras escuchar los gritos de su madre. Allí se encontró a su padrastro en medio del ataque. El niño se abalanzó sobre él, pero no pudo hacer nada. Bustamante le tapó la boca con una mano para que no gritara y con la otra lo estranguló hasta la muerte. También lo golpeó con el mismo bastón en todo el cuerpo y -para cerciorarse una vez más que sus víctimas no seguían respirando- las amarró de pies y manos y les envolvió la cabeza con film plástico.
Para deshacerse de los cuerpos, los introdujo en un tambor metálico de 200 litros de capacidad y luego lo llenó de agua, cal y yeso para simular el hedor. Así dejó los cadáveres hasta el 15 de enero, cuando contrató a un fletero para llevarlos a la nueva casa que había arrendado con el dinero de Verónica que encontró tras asesinarla. Una vez allí, enterró el tambor en el patio. Sin embargo, diez días después, la policía recibió un llamado anónimo donde un vecino que lo conocía denunciaba que Bustamante había enterrado un tambor metálico en el patio de la propiedad y que de ésta emanaba un olor putrefacto.
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Tipo de tambor que Bustamante usó para esconder los cuerpos |
Inmediatamente, los detectives se contactaron con el hermano de Verónica, quien les señaló que hacía veinte días nada sabía de ella. Lo poco y nada que conocía a esas alturas era que había vendido una propiedad y manejaba una fuerte suma de dinero. Los funcionarios pensaron rápidamente que podía tratarse de homicidio, así que gestionaron una orden de registro para el domicilio. Una vez que Bustamante se fue de la casa, ingresaron y descubrieron los cuerpos. Cuando fue detenido, relató el crimen con lujo de detalles.
El juicio tuvo lugar a fines de 2005 y lo condenaron a dos penas que en total sumaban 27 años. La sanción debería haberse cumplido el 26 de enero de 2032. Sin embargo, la historia no termina acá.
Bustamante vuelve a atacar. Ámbar Cornejo
“No podría decirle que no es imposible que volviera yo a vivir una situación tan parecida. Pienso que no. Pero si en un momento determinado exploté de esta manera frente a este tipo de situaciones, ¿explotaré nuevamente? Eso sí que es angustiante porque eso demuestra que uno no se conoce”-Respuesta de Bustamante en una entrevista del 2006 ante la pregunta de si era posible que reincidiera.
Al cumplir 11 años de encierro y en contra del informe de Gendarmería que insistía en que el criminal quedase bajo custodia policial, Bustamante quedó libre en abril de 2016 tras acceder a un beneficio de libertad condicional.
Ámbar Cornejo era una adolescente de dieciséis años, hija de Denisse Llanos, quien mantenía una relación amorosa con Bustamante al momento de los hechos. Esta relación causó problemas entre madre e hija. Incluso, la mujer decidió irse a vivir con él, dejando a la adolescente al cuidado de familiares, por lo que Ámbar vivía con su tía. Según el relato de familiares, Ámbar se enteró de los antecedentes de Bustamante, por lo que lo increpó y advirtió a su mamá, pero ella le señaló que estaba enterada y que no había comentado nada con nadie para evitar seguir alimentando la mala relación entre ellos.
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Ámbar Cornejo |
Ámbar fue vista por última vez el 29 de julio de 2020, cuando estaba yendo a la casa de su madre a buscar la pensión alimenticia que su padre le depositaba mensualmente. La denuncia de desaparición fue realizada por familiares el 31 de julio. Pocos días después de la desaparición, la policía encontró en la casa de la madre prendas ensangrentadas y rastros biológicos pertenecientes a la joven. La ropa fue encontrada específicamente en la habitación que era ocupada por la madre de la víctima y su pareja y los restos biológicos, en el baño. Tan solo ocho días después de que desapareciera, la policía halló el cuerpo sin vida de Ámbar en la casa que compartían Bustamante y la madre de la adolescente.
Tras hallarse el cuerpo de la joven, Bustamante fue detenido. La madre se presentó como testigo y declaró que su pareja asesinó a Ámbar, aunque posteriormente fue detenida como sospechosa. En esa oportunidad la mujer aseguró que Bustamante la había obligado a guardar silencio, amenazándola con matar a su hijo menor y a sus padres.
Cómplice: Denisse Llanos
Sin embargo, la Fiscalía Chilena confirmó que Denisse Llanos fue cómplice en el asesinato de su hija y fue detenida el 24 de septiembre. La primera persona que sospechó de Llanos fue el padre biológico de Ámbar, Ulises Cornejo, quien acusó a su ex pareja de ser muy agresiva. Llanos planificó el asesinato, compró los elementos para encubrir el crimen (cera y pintura) y ayudó a retener a Ámbar dentro de la casa del hombre, con quién convivía.
Horas antes de avisar a Ámbar que vaya a buscar la mensualidad, Denisse despertó a su hijo menor y lo mandó a la escuela. Cuando la joven llegó, su madre hizo todo lo posible por retenerla. Tuvieron una breve conversación en la que terminó convenciendo a Ámbar de entrar a la casa de Bustamante. Según cuentan familiares, Ámbar no entraba a la casa cuando iba a buscar la pensión.
Una vez dentro, la dupla criminal redujo, amordazó, golpeó y ató a la chica hasta inmovilizarla completamente. Después, Bustamante la violó para posteriormente matarla asfixiándola.
“En días previos al 29 de julio del 2020 y concertados previamente con ese fin, los imputados Hugo Bustamante Pérez y Denisse Llanos Lazcano, resolvieron dar muerte a la hija mayor de esta, Ámbar Cornejo de 16 años de edad”, concluyó el Ministerio Público sobre participación de Llanos.
Las pruebas de su conexión con el delito fueron las boletas de las compras que hizo el mismo día y el día posterior al crimen. La madre de Ámbar se dirigió a comprar pintura y dos botellas de cera color carmesí, el mismo que el piso de su casa. Bustamante, por su parte, se encargó de cercenar el cuerpo en 15 partes, cavó un hoyo de un metro de profundidad debajo del piso de madera de la casa y enterró los restos de Ámbar dentro de tres contenedores plásticos. Luego, usó la pintura y la cera para cubrir la evidencia.
“Estoy más tranquila, me avisas la hora. Amor te extraño, muchos besitos”, le escribía Llanos el 30 de julio por redes sociales a Bustamante, luego de que su pareja le confirmara que había enterrado el cuerpo. Ese mismo día, la mujer regresó con su hijo a casa y los tres cenaron tranquilamente.
Pese a que Llanos había mentido hasta en dos oportunidades a la policía sobre el asesinato de Ámbar, cuando se le consideró sospechosa y se realizó una audiencia en su contra prefirió no decir nada. No mostró sentimientos de preocupación, culpabilidad o pena. Además, afirmó saber desde hace un año atrás que su pareja había asesinado a su exesposa y a su hijastro, sin embargo, no le importó y continuó la relación.
Resolución
El pasado 4 de agosto se determinó que el próximo 26 de octubre será el juicio en contra de Hugo Bustamante y Denisse Llanos, únicos imputados por el delito de femicidio y homicidio con la agravante de violación, contra la adolescente Ámbar Cornejo, según confirmó la Fiscalía Regional. El juicio tendrá lugar en el tribunal oral de Viña del Mar. La Fiscalía solicitó para ambos imputados una pena de presidio perpetuo calificado por el crimen de la adolescente. Asimismo, a esto se sumó contra el hermano de Ámbar, 20 años por delitos sexuales.
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